Música para comer



Para los que piensan que con la comida no se puede sorprender…

     El estado de ánimo influye directamente en los procesos digestivos. La música contribuye a determinar nuestras emociones. Así que comer acompañados de música ayuda a mejorar la digestión de los alimentos que tomamos, ayuda a que nos sintamos mejor y hace de la combinación de ambos elementos (comida y música) una fusión perfecta.

     Según un estudio de la Universidad de Cornell publicado en la revista Psychological Reports las emociones determinan la calidad y cantidad de la saliva, la formación de ácidos estomacales o la presión sanguínea, contribuyendo, como hemos dicho, a una mejor o peor digestión. Pero no sólo eso, porque al comer de forma relajada se ingiere alrededor de un 18% menos de alimentos y se disfruta mucho más del momento de la comida y de esta misma. Sin embargo, por el contrario, los nervios nos llevan a comer casi una quinta parte más de lo que el organismo necesita y la satisfacción es mucho menor, por lo que contribuirá a aumentar el deseo de comer entre horas, además de perderse la oportunidad de disfrutar sensorialmente de la comida.
     Los comensales llegan a “ahorrar” unas 175 calorías de promedio por cada comida si se encuentran en un contexto con condiciones ambientales agradables y tranquilas. Podríamos decir que si el entorno sensorial no es el adecuado además de no disfrutar de las calorías consumidas en exceso tampoco habremos disfrutado de la comida con todos los sentidos. Los mejores resultados de este estudio se obtuvieron en aquellos ambientes poco iluminados, pero sobre todo, en los que la comida se acompañaba de música de relajación (y entre los estilos de música que se analizaron destacaba la música tipo chill out).
     Los resultados contradicen la creencia popular de que al encontrarse en un ambiente agradable y relajado se tiende a comer más. Nada más lejos de las conclusiones de este estudio, en las que se afirma que se tiende a comer más lentamente, lo que aumenta así la sensación de saciedad. Además, eliminar los focos de colores o las superficies reflectantes de la mesa del comedor, contribuye a que no se coma en exceso y, al mismo tiempo, se aumenta la satisfacción de nuestros comensales.
    
     Hace unas semanas se celebraron en Madrid las jornadas gastronómicas de Madrid Fusión. El chef suizo Stefan Wiesner (Stefan Wiesner web) sorprende con sus creaciones por el uso de madera para cocinar los alimentos. Cocinero, químico, recolector (de piñas, líquenes, algas o minerales) y ahora además leñador, trabaja con más de 30 tipos de árboles en su cocina. Pero lo que más me ha llamado la atención es que en su restaurante acompaña sus comidas de sonidos de la naturaleza, como por ejemplo pisadas de caballo, que reproduce por medio de un altavoz en su comedor.
     Wiesner busca una similitud entre su comida y la música. Para él el misterio de la combinación de ambas se consigue así: “El menú es
la sonata y el plato de comida se corresponde con el movimiento. La armonía de sabores, texturas y temperaturas son el resultado de la composición sensorial. La realización efectiva se consigue aplicando nuevos conceptos arquitectónicos”.
    
     Os dejo este curioso enlace que he encontrado. Su propuesta incluye recetas para acompañar con determinadas piezas de música y para amenizar a nuestros comensales. Un ejemplo claro de comida con todos los sentidos.  Recetas para acompañar con música.
     Otro enlace a música a modo de hilo musical de fondo con casi 24 horas continuas de temas de todo tipo y configurable a nuestro gusto... o al de nuestros invitados. Hilo musical on line.

2 comentarios:

  1. Fecha y autor porvafor para un trabajo de Tesis Gracias

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  2. Hola, disculpa el retraso. Autor del texto del blog: yo misma. El contenido hace referencia a un estudio realizado por la revista Psychological Reports.

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