Afrodisíacos sensoriales




El olor de las violetas…
Todos hemos disfrutado alguna vez del aroma de las violetas, aunque más que por la flor (creo que no he visto ni tocado una en mi vida, ¡que desastre!…) por los inconfundibles caramelos de violeta. Los que venden en Madrid,  en la confitería la Violetera en la Plaza de Canalejas, son los originales (llevan desde 1915 elaborándolos) , aunque si hay un caramelo que haya sido infinitamente imitado ese es el de violetas.
Me sorprendió conocer que ya Josefina Bonaparte confiaba plenamente en el poder afrodisíaco del huidizo aroma que desprenden las violetas. Y es que su olor puede llegar a ser tan intenso, pesado y profundo hasta  resultar nauseabundo, o desaparecer y volatilizarse hasta permanecer sutilmente en el recuerdo. (Puedes ver la receta sensorial de helado de violetas en este mismo blog).
Las cortesanas de la antigua Grecia lo usaban antes de cada encuentro amoroso para perfumar el aliento y las zonas erógenas, supuestamente porque la mezcla de violetas con el olor natural de la transpiración y las secreciones femeninas son capaces de alterar los sentidos, activando la melancolía de los más viejos y exaltando el espíritu de los más jóvenes.
Además, en el Tantra, filosofía mística y espiritual que exalta la unión de los opuestos en todos los planos, desde el cósmico hasta el más ínfimo, y en la cual el hombre y la mujer son espejos de energías divinas, violeta es el color de la sexualidad femenina. Por algo también lo han adoptado algunos movimientos feministas.
Después de todo esto… habrá que perfumarse con violetas antes de irse a dormir para ver si algún Napoleón se anima a hacernos una visita…

Exquisito chocolate...
Mi abuela siempre tenía chocolate en su casa. Lo guardaba a conciencia en un mueble alto de la cocina, pero se olvidaba de esconder los taburetes para subirnos a coger un trozo, en mi caso más por la atracción de lo prohibido o escondido que por el chocolate en sí.  Mi padre adora el chocolate, aunque por su eterna diabetes y "derivados" no puede comerlo. Mi madre se come los chuches de chocolate de los niños.  Mi marido compra tabletas de chocolate con extrañas combinaciones (70% negro con avellanas, 99% con pimienta, … ). Pero a mí no me atrae nada, pero nada, el chocolate. ¿Seré un bicho raro?.   

El chocolate ha sido, históricamente, el afrodisíaco natural por excelencia. Posee sustancias que son liberadoras de placer, como la teobromina, la feniletilamina (sustancia que es sintetizada por el cerebro en momentos como el orgasmo), y la anandamida asociada a la sensación de bienestar general. Además contribuye a mejorar los niveles de dopamina, sustancia relacionada directamente con la excitación y el placer sexual.

El chocolate resumido en cinco palabras:
1.        Es superantioxidante.
La capacidad antioxidante de un alimento se mide en unidades ORAC, que en inglés son las siglas para definir la capacidad de absorción de radicales de oxígeno. El cacao puro tiene 2.600 unidades, el valor más alto de todos los alimentos estudiados. Incluso el chocolate con leche, que a mí me parece más “comestible”, tiene 13.120 unidades ORAC, quedando incluso por encima del té verde, con 1.220 unidades. Así que ya lo sabes, primero el chocolate.
2.        El secreto de los indios Kuna.
Para comprobar los beneficios del cacao, hay que viajar a Panamá, al territorio de los indios Kuna, que toman unas 40 tazas de cacao al día, formando parte este de su dieta básica diaria. Se cree que el riesgo de sufrir cuatro de las enfermedades más mortales en Occidente (ictus, insuficiencia cardiaca, cáncer y diabetes) se reduce en esta tribu a menos de un 10%. El dato es significativo.
3.        Poderes curativos.
Seguro que más de una vez te has despertado a media noche con un fuerte ataque de tos. Nada más infalible que tomar una onza de chocolate negro. Recientes estudios han determinado que es mucho más eficaz que los jarabes con codeína para calmarla. (He de añadir aquí que a mi me funciona un truco que me enseñó mi cuñada, ponerme un pañuelo atado al cuello y mojado con agua y alcohol a partes iguales. Siguiendo el principio de que la evaporación absorbe calor te permitirá descansar toda la noche). Se ha demostrado también, que tomado con moderación ayuda a reducir la tensión alta. Otras investigaciones otorgan al cacao capacidad antidiarréica, prevención frente a las demencias e incluso cierta utilidad frente a las caries (¡upsssss, pero siempre nos han dicho que no comiéramos chocolate que se nos picaban los dientes…!).
4.        El cambio aparente de color.
En algunas ocasiones habrás observado que se forma un extraña capa de color blanquecino en la superficie de las tabletas de chocolate. Este fenómeno se produce porque el cacao es un ingrediente muy sensible a los cambios de temperatura: oscilaciones de apenas 2º C (vamos, sólo con sacarlo y meterlo en la nevera) provocan que la manteca de cacao se funda y luego se vuelva a cristalizar. Por eso esa especie de polvillo blanco que se queda en la superficie.
5.        Calorías y grasas. Beneficios.
El chocolate negro tiene mucha menos grasa que el blanco. Por eso el primero es menos calórico que el segundo. Además es rico en ácido fólico, grasa “buena” y azúcares naturales. Tomar una onza al día del negro pone de buen humor.

Dejo pendiente subir una receta con chocolate. Estoy buscando una original, rica y por supuesto que sea muy sensorial.
Creo que debo empezar a cogerle el gusto al chocolate. Tendré que hacer tanto esfuerzo… En fin...

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